De la mar, el mero, y de la tierra, el cordero.

El otro día estaba en el supermercado con mi novio y cuando pasamos por la sección de carne vi cuellos de cordero. Enseguida le pregunté si le gustaban y me dijo, ‘no’, a lo que le pregunté, ‘y los has probado?’, y me respondió, ‘no’.

Así que compré cuellos de cordero.

Sé que no suena muy apetitoso, pero es uno de los mejores cortes de carne si está bien cocinado. La carne es muy tierna y tiene la cantidad justa de grasa, que si crujiente, se funde con la carne en un mordisco glorioso. Y esto es lo que le pasó a mi novio. Reticentemente lo probó y le encantó, para mi gran alegría.

La receta que siempre suelo hacer viene de mi abuela, y no sé si de más lejos, pero que siempre ha sido uno de los platos típicos en mi familia. No tiene muchos ingredientes ni mucho misterio, pero si un gran sabor, así que aquí os dejo la receta 🙂

Receta

Ingredientes:

 

    • 600-700g de cuello de cordero 

    • 1 patata grande (o 2 pequeñas) 

    • 1 tomate grande (o 2 pequeños) 

    • 1-2 cebollas

    • Ajo seco en polvo

    • Sal y pimienta

    • Aceite de oliva

    • Agua

Preparación:

 

    1. Poner el horno a 220°C.

    1. Cortar la cebolla en lonchas.

    1. Cortar el tomate y la patata en dados.

    1. Salar y salpimentar la carne junto con el ajo en polvo.

    1. Poner la cebolla como base en un recipiente apto para el horno.

    1. Colocar la carne encima, y por los lados de la carne añadir la patata y el tomate. 

    1. Echar un chorrito de aceite de oliva por encima, salpimentar y poner ajo en polvo sobre la patata y el tomate. 

    1. Meter al horno unos 40-50 minutos dependiendo del horno. La carne tiene que estar bien dorada al igual que la patata. 

    1. Servir y comer inmediatamente.